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martes, 22 de octubre de 2013

La libreta de calificaciones.

La libreta de calificaciones
Era viernes, 8:30 AM, llegué puntual a la escuela de mi hijo.
- No olviden venir a la reunión, es importante -, fue lo que la maestra escribió en el cuaderno de mi hijo.
¡Pues qué cree la maestra!, ¿cree que podemos disponer de tiempo a la hora que ella diga? Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 10:00 AM, de ella dependía un buen negocio y… ¡Tuve que cancelarla!
Ahí estábamos todos, padres y madres. La maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar.
No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ese negocio, probablemente podríamos comprar una nueva televisión con el dinero que recibiría.
¡Juan Rodríguez!… escuché a lo lejos.
- ¿No está el papá de Juan? – dijo la maestra.
Sí, si ¡aquí estoy!, contesté pasando a recibir la libreta de mi hijo.
Regresé a mi silla y me dispuse a verla.
¿Para esto vine?, ¿qué es esto?
La libreta estaba llena de 5 y 6.
Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndolas para que ninguna persona viera las feas calificaciones de mi hijo.
De regreso a casa aumentó mi enojo, a la vez que pensaba… ¡pero si le doy todo!, ¡nada le falta!
¡Ahora sí que me va a escuchar!…
Estacioné mi auto, entré a casa y grité:
¡Juan ven acá!
Juan estaba en su dormitorio y corrió a abrazarme.
- ¡Papi!
¡Qué papi ni que nada!,  lo retiré de mi, le grité y le pegué hasta cansarme.
¡¡¡Y ahora te vas a tu cuarto!!!
Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, solo movió la cabeza negativamente y se fue…
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó otra vez la libreta de calificaciones de Juan y me dijo: Léela despacio y después toma una decisión.
La libreta decía así:
LIBRETA DE CALIFICACIONES PARA EL PAPÁ
Tiempo que dedica a su hijo:
En conversar:    5
En jugar:   6
En ayudarlo a hacer la tarea:   5
En salir de paseo en familia:   6
En abrazarlo y besarlo:   6
En ver la televisión con el    5
Fue entonces cuando me detuve a pensar y me di cuenta que:
Él me había puesto 6 y 5 a mí.
Yo me hubiese calificado con menos de 4…
Me levanté y corrí a la habitación de mi hijo, lo abracé y lloré… quería regresar el tiempo atrás, pero era imposible…
Juan abrió sus ojos, aún estaban hinchados por las lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo:
¡Te quiero papi!
Cerró sus ojos y se durmió.
Que duro es ver nuestros errores como padres desde esta perspectiva…
Démosle el valor a lo que realmente es de valor para nosotros… nuestra familia

1 comentario:

  1. -Sin duda un gran escritor enfoca muy bien la perspectiva de la vida mi enhorabuena Profesor!! De parte de Luis Salu2

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